Entre 1730 y 1736, de la nada, decenas de volcanes de Lanzarote entraron en erupción sucesivamente. La enorme cantidad de lava que lanzaron enterró varias aldeas y obligó a casi la mitad de los habitantes a emigrar. El legado de este cataclismo es el escenario marciano actual del exuberante PN Timanfaya.
Tan pronto como se rompe el breve invierno, Jaisalmer se entrega a desfiles, carreras de camellos y concursos de turbante y bigotes. Sus murallas, callejones y las dunas circundantes adquieren más color que nunca. Durante los tres días del evento, nativos y forasteros observan, deslumbrados, cómo el vasto e inhóspito Thar resplandece de vida.