Fianarantsoa-Manakara, Madagascar
Salimos de Fianarantsoa a las 7 a.m. Solo a las 3 de la mañana del día siguiente completamos los 170 km hasta Manakara. Los nativos llaman a este tren casi secular Train Grand Vibración. Durante el largo viaje, sentimos, muy fuertes, las del corazón de Madagascar.
Ni la fuerte pendiente de algunos tramos ni la modernidad lo detienen. Desde Siliguri, en el pié tropical de la gran cadena montañosa asiática, hasta Darjeeling, con sus picos a la vista, el más famoso de los trenes de juguete indios asegura hace 117 años, día tras día, un arduo viaje de ensueño. De viaje por la zona, subimos a bordo y nos dejamos encantar.
Por carretera y a bordo del Flam Railway, en una de las rutas ferroviarias más empinadas del mundo, llegamos a Flam y la entrada al Sognefjord, el más grande, profundo y venerado de los fiordos escandinavos. Desde el punto de partida hasta la última estación, se confirma esta monumental Noruega que hemos desvelado.
Creel a Los Mochis, México
El relevo de la Sierra Madre Occidental convirtió el sueño en una pesadilla constructiva que duró seis décadas. En 1961, por fin, el prodigioso Ferrocarril Chihuahua al Pacífico fue abierto. Sus 643 km atraviesan algunos de los paisajes más espectaculares de México.
Durante más de dos siglos, sólo una carretera estrecha y sinuosa conectaba Curitiba con la costa. Hasta que, en 1885, una empresa francesa inauguró un ferrocarril de 110 kilómetros. Por él caminamos hasta Morretes, última estación de pasajeros de la actualidad. A 40 km del término costero original de Paranaguá.