Los romanos conocían las Canarias como las islas afortunadas. Fuerteventura conserva muchos de los atributos de aquella época. Sus playas perfectas para el windsurf y el surf de vela o simplemente para bañarse, justifican sucesivas “invasiones” de los hambrientos de sol del norte. En el interior volcánico y accidentado, permanece el bastión de las culturas indígenas y coloniales de la isla. Empezamos a desenredarlo por su largo sur.
Entre 1730 y 1736, de la nada, decenas de volcanes de Lanzarote entraron en erupción sucesivamente. La enorme cantidad de lava que lanzaron enterró varias aldeas y obligó a casi la mitad de los habitantes a emigrar. El legado de este cataclismo es el escenario marciano actual del exuberante PN Timanfaya.
El antiguo y majestuoso barrio de la Vegueta de Las Palmas se destaca en la larga y compleja hispanización de Canarias. Después de un largo período de expediciones nobles, comenzó allí la conquista definitiva de Gran Canaria y del resto de islas del archipiélago, bajo el mando de los monarcas de Castilla y Aragón.
Santa Cruz La Palma, Islas Canárias
Comenzó como una mera Villa del Apurón. En el siglo. XVI, la ciudad no solo había superado sus dificultades, sino ya era la tercera ciudad portuaria de Europa. Heredera de esta bendita prosperidad, Santa Cruz de La Palma se ha convertido en una de las capitales más elegantes de Canarias.