Hartos de esperar a que el anciano barbudo descienda por la chimenea, invertimos la historia. Aprovechamos un viaje a la Laponia finlandesa y pasamos por su hogar furtivo.
Estamos en 66º Norte ya las puertas de Laponia. En estos lares, el paisaje blanco es de todos y de nadie, como los árboles cubiertos de nieve, el frío terrible y la noche interminable.
Con gran parte del territorio por encima del Círculo Polar Ártico, los finlandeses responden al clima con soluciones eficientes y una obsesión por el arte, la estética y el modernismo inspirados en la vecina Escandinavia.