En 1867, el zar Alejandro II tuvo que vender la Alaska rusa a los Estados Unidos. En el pequeño pueblo de Sitka, encontramos el legado ruso pero también los nativos Tlingit que lucharon contra ellos.
En 1867, el zar Alejandro II tuvo que vender la Alaska rusa a los Estados Unidos. En el pequeño pueblo de Sitka, encontramos el legado ruso pero también los nativos Tlingit que lucharon contra ellos.