Pocos países aprovechan los cereales como Uzbekistán. En esta república de Asia Central, el pan juega un papel vital y social. Los uzbekos lo producen y consumen con devoción y en abundancia.
En Samarcanda, el algodón es ahora el producto básico más comercializado y Ladas y Chevrolets han reemplazado a los camellos. Hoy, en lugar de caravanas, Marco Polo encontraría a los peores conductores de Uzbekistán.
En 1960, el mar de Aral era uno de los cuatro lagos más grandes del mundo, pero los proyectos de riego secaron gran parte del agua y los medios de vida de los pescadores. A cambio, la URSS inundó Uzbekistán con un oro blanco vegetal.