Con verano y clima cálido, la ciudad rusa de Suzdal se relaja de su antigua ortodoxia religiosa. El casco antiguo también es famoso por tener los mejores pepinos del país. Cuando llega julio, lo recién cosechado se convierte en una auténtica fiesta.
Albergaba uno de los dominios religiosos ortodoxos más poderosos de Rusia, pero Lenin y Stalin lo convirtieron en un gulag. Con la caída de la URSS, Solovestky recupera su paz y espiritualidad.
En San Petersburgo, no podemos resistirnos a procurar la inspiración para los personajes viles de la novela más famosa de Fyodor Dostoievski: sus propias lástimas y las miserias de algunos conciudadanos.