Eutimio fue un asceta ruso del siglo XIV que se entregó en cuerpo y alma a Dios. Su fe inspiró la religiosidad de Suzdal. Los creyentes de la ciudad lo adoran como el santo en el que se ha convertido.
En 1600, Ieyasu Tokugawa inauguró un shogunato que unió a Japón por 250 años. En su honor, Nikko recrea, cada año, la reubicación medieval del general al grandioso mausoleo de Toshogu.