Devastada por un terremoto, Napier fue reconstruida en un Art Deco casi en la planta baja y vive fingiendo que está en la década de XNUMX. Sus visitantes se rinden a la atmósfera del Gran Gatsby que la ciudad escenifica.
Un capricho geológico convirtió a la región de Fiordland en la más cruda e imponente de Nueva Zelanda. Año tras año, muchos miles de visitantes veneran el subdominio montañoso entre Te Anau y Milford Sound.
En 1955, el piloto Harry Wigley creó un sistema para despegar y aterrizar sobre asfalto o nieve. Desde entonces, su compañía ha revellado, desde el aire, algunos de los mejores paisajes de Oceanía.