En ningún lugar los confines australes de América del Sur son tan impresionantes como en las montañas Paine. Allí, colosales cumbres de granito rodeados de lagos y glaciares sobresalem de la pampa y se sometem a los caprichos de la meteorología y la luz.
Los indios atabascos lo llamaban Denali, o el Grande, y reverenciaban su altivez. Esta impresionante montaña ha despertado la codicia de los escaladores y una larga sucesión de ascensos récord.
Al viajar, sucede que nos encontramos ante la falta de tiempo para explorar un lugar tan imperdible como alto. La medicina y las experiencias previas con Altitude Evil dictan que no debemos arriesgarnos a ascender apresuradamente.