En pocos lugares del mundo se usa un dialecto con tanta vehemencia como en el monasterio de Sera. Allí, cientos de monjes, en tibetano, participan en intensos y estridentes debates sobre las enseñanzas del Buda.
Introducida en 1819 por sacerdotes portugueses, la Fiesta del Divino Espírito Santo de Pirenópolis agrega una red compleja de celebraciones religiosas y paganas. Tiene una duración de más de 20 días, en su mayoría sobre la silla de montar.
La religiosidad birmana siempre se ha basado en un compromiso con la redención. En Bagan, los creyentes ricos y temerosos continúan erigiendo pagodas con la esperanza de ganarse la benevolencia de los dioses.
Durante la celebración sintoísta de Ohitaki, las oraciones escritas en tablas por los fieles japoneses se reúnen en el templo de Fushimi. Allí, mientras son consumidas por enormes hogueras, su fe se renueva.