Creado por el agua del Océano Ártico y el deshielo del glaciar más grande de Europa, Jokülsárlón forma un dominio gélido e imponente. Los islandeses la veneran y le rinden tributos sorprendentes.
En Gizo, el daño causado por el último tsunami que azotó las Islas Salomón aún es bastante visible. En la costa de Saeraghi, la felicidad del baño de los niños contrasta con su herencia de desolación.