En Helsinki, el Sábado Santo también se celebra de forma pagana. Cientos de familias se reúnen en una isla costera, alrededor de fogatas encendidas para ahuyentar a los espíritus malignos, brujas y trolls.
Cuando llega la Semana Santa, Helsinki demuestra su fe. A pesar del frío glacial, actores poco vestidos protagonizan una sofisticada recreación del Vía Crucis por calles llenas de espectadores.
Ninguna nación de los alrededores es católica, pero los filipinos no se sienten intimidados. En Semana Santa se entregan a la creencia heredada de los colonos españoles. La autoflagelación se convierte en una prueba sangrienta de su fe,
En Jerusalén, mientras recorren la Vía Dolorosa, los creyentes se dan cuenta de lo difícil que es alcanzar la paz del Señor en las calles más disputadas de la faz de la Tierra.