Escandinavia


Casas tradicionales, Bergen, Noruega.
Bergen, Noruega

El gran puerto hanseático de Noruega

Ya poblada a principios del siglo XI, Bergen se convirtió en la capital, monopolizó el comercio del norte de Noruega y, hasta 1830, fué una de las ciudades más grandes de Escandinavia. Hoy dia, Oslo lidera la nación. Bergen sigue destacada por su exuberancia arquitectónica, urbana e histórica.
Museo del Petróleo, Stavanger, Noruega
Stavanger, Noruega

La Ciudad Motora de Noruega

La abundancia de petróleo y gas natural en alta mar y las sedes de las empresas encargadas de explotarlos han promovido a Stavanger de capital de las conservas de pescado à capital energética de Noruega. Ni asi la ciudad se conformó. Con un prolífico legado histórico, a las puertas del majestuoso fiordo Lyse, la cosmopolita Stavanger sigue impulsionando la Tierra del Sol de Medianoche.
M: S Pasajero envuelto en ferry Viking Tor, Aurlandfjord, Noruega
Flam a Balestrand, Noruega

Donde las montañas ceden a los fiordos

La última estación del ferrocarril Flamsbana marca el final del descenso ferroviario vertiginoso desde las tierras altas de Hallingskarvet hasta las llanuras de Flam. En esta ciudad demasiado pequeña para su fama, dejamos el tren y navegamos por el fiordo de Aurland hacia la prodigiosa Balestrand.
Furgoneta en Jossingfjord, Magma Geopark, Noruega
Magma Geoparque, Noruega

Una Noruega Algo Lunar

Si volviéramos a los confines geológicos del tiempo, encontraríamos el suroeste de Noruega lleno de enormes montañas y un magma ardiente a que los sucesivos glaciares darían forma. Los científicos han descubierto que el mineral que predomina allí es más común en la Luna que en la Tierra. Varios de los escenarios que exploramos en el vasto Geoparque Magma de la región podrían ubicarse en nuestro satélite natural.
ayuntamiento, capital, oslo, noruega
Oslo, Noruega

Una Capital (Sobre) Capitalizada

Uno de los problemas de Noruega ha sido decidir cómo invertir los miles de millones de euros de su fondo soberano recordista. Ni los recursos desmesurados salvan a Oslo de sus inconsistencias sociales.