En 1619, las autoridades de Mérida dictaron el asentamiento del territorio circundante. La orden resultó en 19 aldeas remotas que encontramos dedicadas a conmemoraciones con caretos y pauliteiros locales.
Mientras deambulamos por Machu Picchu, encontramos significado en las explicaciones más aceptadas de su fundación y abandono. Pero cada vez que se cierra el complejo, las ruinas quedan a merced de sus enigmas.
Un recorrido por las provincias de Salta y Jujuy nos lleva a descubrir un país sin rastro de la Pampa. Desaparecidos en la inmensidad andina, estos extremos del noroeste argentino también se han perdido en el tiempo.
En el siglo XVI, los misioneros españoles se dieron cuenta de que la zona era propícia a la producción de la “Sangre de Cristo”. Hoy, la provincia de Mendoza se encuentra en el centro de la región vitivinícola más grande de América Latina.
En las décadas de 40 y 50, Venezuela atrajo a 400 portugueses, pero solo la mitad se quedó en Caracas. En Mérida encontramos lugares más parecidos a los orígenes y la excéntrica heladería de un Portista inmigrante.
Rodeado de volcanes supremos, el campo geotermal de El Tatio, en el Desierto de Atacama aparece como un espejismo dantesco de azufre y vapor a una altitud helada de 4200 m. Sus géiseres y fumarolas atraen a multitudes de viajeros.
Cuando menos se espera, el lugar más seco del mundo revela nuevos escenarios extraterrestres en una frontera entre lo inhóspito y lo acogedor, lo estéril y lo fértil que los nativos están acostumbrados a cruzar.
Pucón abusa de la confianza de la naturaleza y prospera al pie de la montaña Villarrica, seguimos este mal ejemplo por senderos helados y conquistamos el cráter de uno de los volcanes más activos de Sudamérica.
Dos montañas de piedra han creado una disputa fronteriza entre Argentina y Chile. Pero estos países no son los únicos pretendientes. Los cerros Fitz Roy y Torre han atraído durante mucho tiempo a escaladores acérrimos.
Partiendo de la ciudad de Mendoza, la ruta N7 se pierde entre viñedos, asciende al pie del cerro Aconcagua y cruza los Andes hasta Chile. Pocos tramos transfronterizos revelan la magnificencia de este ascenso forzado