En 1960, el mar de Aral era uno de los cuatro lagos más grandes del mundo, pero los proyectos de riego secaron gran parte del agua y los medios de vida de los pescadores. A cambio, la URSS inundó Uzbekistán con un oro blanco vegetal.
En 1960, el mar de Aral era uno de los cuatro lagos más grandes del mundo, pero los proyectos de riego secaron gran parte del agua y los medios de vida de los pescadores. A cambio, la URSS inundó Uzbekistán con un oro blanco vegetal.