La hipersalinidad de la Laguna de Oviedo fluctúa en función de la evaporación y el agua aportada por la lluvia y el caudal procedente de la vecina sierra de Bahoruco. Los nativos de la región estiman que, por regla general, tiene tres veces el nivel de sal marina. Allí descubrimos prolíficas colonias de flamencos e iguanas, entre muchas otras especies que conforman uno de los ecosistemas más exuberantes de la isla Hispaniola.