Desde hace mucho que esta región del interior de Madeira ha sido la encargada de repoblar la trucha arcoíris de la isla. Entre los senderos y levadas que confluyen en sus viveros, el Parque Florestal Ribeiro Frio esconde grandiosas panorámicas sobre el Pico Arieiro, el Pico Ruivo y el valle de Ribeira da Metade que se extiende hasta la costa norte.