
Desde lo alto de sus 134 metros de altura, Cabo Espichel revela una costa atlántica tan dramática como deslumbrante. Partiendo de la Lagoa de Albufeira hacia el norte, costa dorada abajo, nos aventuramos a través de más de 600 años de misterio, misticismo y veneración de su aparecida Nossa Senhora do Cabo.

Desde hace mucho que esta región del interior de Madeira ha sido la encargada de repoblar la trucha arcoíris de la isla. Entre los senderos y levadas que confluyen en sus viveros, el Parque Florestal Ribeiro Frio esconde grandiosas panorámicas sobre el Pico Arieiro, el Pico Ruivo y el valle de Ribeira da Metade que se extiende hasta la costa norte.