Si volviéramos a los confines geológicos del tiempo, encontraríamos el suroeste de Noruega lleno de enormes montañas y un magma ardiente a que los sucesivos glaciares darían forma. Los científicos han descubierto que el mineral que predomina allí es más común en la Luna que en la Tierra. Varios de los escenarios que exploramos en el vasto Geoparque Magma de la región podrían ubicarse en nuestro satélite natural.