Desilusionados por la falta de vino y aguardiente, los conquistadores de México mejoraron la milenaria aptitud indígena para producir alcohol. En el siglo XVII, los españoles quedaron satisfechos con su pinga y comenzaron a exportarla. Del Tequila, el Pueblo, hoy, el centro de una región demarcada. Y el nombre por el que se hizo famoso.