En la década de 50, Tsfat acogia la vida artística de la joven nación israelí y recuperava su mística secular. Pero conversos famosos como Madonna perturbaran la discreción cabalista más elemental.
En la década de 50, Tsfat acogia la vida artística de la joven nación israelí y recuperava su mística secular. Pero conversos famosos como Madonna perturbaran la discreción cabalista más elemental.