Un navegante español las bautizó, ávido de riquezas como las del rey bíblico. Devastadas por la Segunda Guerra Mundial, los conflictos y los desastres naturales, las Islas Salomón están lejos de la prosperidad.
En Gizo, el daño causado por el último tsunami que azotó las Islas Salomón aún es bastante visible. En la costa de Saeraghi, la felicidad del baño de los niños contrasta con su herencia de desolación.
Un navegante español las bautizó, ávido de riquezas como las del rey bíblico. Devastadas por la Segunda Guerra Mundial, los conflictos y los desastres naturales, las Islas Salomón están lejos de la prosperidad.
En Gizo, el daño causado por el último tsunami que azotó las Islas Salomón aún es bastante visible. En la costa de Saeraghi, la felicidad del baño de los niños contrasta con su herencia de desolación.