Cientos de javaneses se rinden al volcán Ijen donde son consumidos por gases venenosos y cargas que deforman sus hombros. Cada turno les gana menos de 30 € pero todos están agradecidos por su martirio.
Cientos de javaneses se rinden al volcán Ijen donde son consumidos por gases venenosos y cargas que deforman sus hombros. Cada turno les gana menos de 30 € pero todos están agradecidos por su martirio.