
Descendimos de las tierras altas y montañosas de Meghalaya a las planuras al sur y abajo. Allí, la corriente translúcida y verde del Dawki forma la frontera entre India y Bangladesh. Bajo un calor húmedo que no hemos sentido en mucho tiempo, la frescura del río atrae a cientos de indios y bangladesíes à una escapada pintoresca.