Llegamos a Iraklio y, en lo que respecta a las grandes ciudades, Grecia se detiene allí. En cuanto a historia y mitología, la capital de Creta se ramifica sin fin. Minos, hijo de Europa, tenía ahí tanto su palacio como el laberinto en el que ha cerrado el minotauro. Los árabes, los bizantinos, los venecianos y los otomanos pasaron por Iraklio. Los griegos que lo habitan no lo valoran como debían.
Atenas, Grecia
Tres milenios y medio después, Atenas resiste y prospera. De una ciudad-estado beligerante, se convirtió en la capital de la vasta nación helénica. Modernizado y sofisticado, conserva, en un núcleo rocoso, el legado de su gloriosa Era Clásica.