No todas las costas tropicales son refugios placenteros y revigorantes. Golpeado por un oleaje violento, minado por corrientes traidoras y, peor aún, escenario de los ataques de tiburones más frecuentes sobre la faz de la Tierra, el de la Isla Reunión no concede a sus bañistas la paz y el deleite que anhelan de él.
Cilaos aparece en una de las viejas calderas verdes de la isla de Reunión. Inicialmente estaba habitado por esclavos fuera de la ley que creían que estaban a salvo en ese fin del mundo. Una vez hecho accesible, tampoco la remota ubicación del cráter impidió el refugio de un pueblo que ahora es peculiar y halagado.