No es solo con el silencio y el retiro espiritual que uno busca el Nirvana. En el Monasterio de Sera, los jóvenes monjes perfeccionan sus conocimientos budistas con animadas confrontaciones dialécticas y aplausos crepitantes.
En pocos lugares del mundo se usa un dialecto con tanta vehemencia como en el monasterio de Sera. Allí, cientos de monjes, en tibetano, participan en intensos y estridentes debates sobre las enseñanzas del Buda.
No es solo con el silencio y el retiro espiritual que uno busca el Nirvana. En el Monasterio de Sera, los jóvenes monjes perfeccionan sus conocimientos budistas con animadas confrontaciones dialécticas y aplausos crepitantes.
En pocos lugares del mundo se usa un dialecto con tanta vehemencia como en el monasterio de Sera. Allí, cientos de monjes, en tibetano, participan en intensos y estridentes debates sobre las enseñanzas del Buda.