Entre Ponta Grossa y Castro, viajamos por Campos Gerais do Paraná y a lo largo de su historia. Por el pasado de los colonos y ganaderos que pusieron la región en el mapa. Incluso el de los inmigrantes holandeses que, en épocas más recientes y, entre muchos otros, enriquecieron el surtido étnico de este estado brasileño.
Durante más de dos siglos, sólo una carretera estrecha y sinuosa conectaba Curitiba con la costa. Hasta que, en 1885, una empresa francesa inauguró un ferrocarril de 110 kilómetros. Por él caminamos hasta Morretes, última estación de pasajeros de la actualidad. A 40 km del término costero original de Paranaguá.